Abrir el corazón en gratitud te sintoniza al instante con una vibración de amor superior que tiene el poder de transformarlo todo.

La energía kundalini, es la energía de la conciencia. Con un gran flujo de esta energía, tu mente empieza a fluir y a despertar, en otras palabras, la persona se vuelve íntegramente consciente. Justo como el río Ebro termina en el mar mediterráneo, el método delta potenciará tu energía creativa y despertará tu potencial para conectar con la relación intuitiva entre tu conciencia individual (microcosmos) y conciencia universal (macrocosmos).

La energía kundalini se libera del centro umbilical y asciende hacia el tope de la cabeza. Cuando desciende para completar su ciclo de energía, los chacras se abren plenamente. Por apertura de los chacras se entiende que los talentos de cada chacra se consolidan en el carácter y en nuestro comportamiento. Te dará gracia en tu movimiento, la vida llena cada célula, así que eres capaz de moverte suavemente con una conciencia del ritmo y la música de todos tus ambientes, la kundalini te aviva y te agracia.

Nuestro cuerpo está estructurado energéticamente por triángulos con un efecto energético correspondiente. Desde la perspectiva yógica , el cuerpo es una entidad entera, energética, vibrante y creativa, con 7 chacras y un aura o cuerpo magnético que nos hace conscientes del equilibrio de la geometría del cuerpo y como afecta al flujo de energía, movimiento y emoción. Con la práctica del Naad yoga, yoga del sonido, la alimentación, equilibrarás dichos ángulos y triángulos del cuerpo y le darás una nueva vitalidad a tus células.

Los chacras al ser centros de energía nos ayuda a entender como procesamos la energía que cuando la comprendes y la controlas expandes de una forma y vivencia reveladora, teniendo la sensación de que todo te representa. Siete de los chacras corresponden a áreas del sistema glandular o a plexos nerviosos del cuerpo físico, y el octavo chacra o campo magnético del cuerpo engloba toda la energía y es conocido popularmente como ‘aura’.

Los tres primeros chacras de conocen como el Triángulo Inferior (representan el reino del inconsciente), y el quinto, sexto y séptimo chacra como el triángulo superior. El cuarto chacra, el del corazón (inicio de la conciencia), es el punto de equilibrio entre ellos, en donde la experiencia cambia del “Yo” al “tu” o del “yo” a “nosotros”. Los chacras del triangulo inferior se enfocan en la eliminación y en la reducción, y se equilibran con los chacras del triángulo superior, los cuales acumulan, crean y refinan. Ningún chacra es autónomo por si mismo, todo trabaja al unísono. 

Estos siete chacras abarcan todo el espectro de colores al igual que el arco iris y cada color tiene sus propias vibraciones y frecuencias influyendo en nuestras emociones. El Delta nos ofrece esa misma paleta de colores y nos ayuda a entender el ritmo con el que nos movemos emocionalmente y que viene marcado por la energía cromática. El ciclo cromático en el Delta empieza con el rojo de la salida del sol y el añil y violeta con la puesta de sol. En el invierno los campos de arroz reposan y se tiñen de color marrón anaranjado. Posteriormente al llenarse de agua para la preparación a la plantación surge un color azul donde se convierte en un reflejo de su alma. Al crecer la planta del arroz se convierte en una extensión verde inmenso. Y en verano crece la espiga de arroz apareciendo el amarillo.